Yamila López: Prosa Onírica y la Vieja Rúa

Yamila López es una cantautora chilena más conocida por su proyecto individual Prosa Onírica y la banda Vieja Rúa.

Ella misma nos cuenta que sus inicios como artista fueros por iniciativa propia:

Comencé en la música solita, pequeñita improvisando melodías que llegaban sin que las buscara, como cuando te susurran algo al oído. Ayudó mucho que escuchara a mi abuelo cantar por las mañanas cantos de iglesia en segundas voces. Así descubrí la armonía, me motivó lo feliz que me sentía al cantar y también que mi canto podía transmitir calma.

Todo partió cuando su abuela paterna la inscribió en una orquesta infantil donde aprendió flauta traversa. Más adelante participó en un proyecto folclórico donde además de cantar, tocaba el cajón peruano y el pandero. Luego estuvo en un grupo de pachanga funk. Para finalmente, unirse a Vieja Rúa luego de la invitación de Jaime Rojas (guitarrista de la banda), quien era compañero de trabajo de Yamila en esa época y le ofreció participar de un ensayo del grupo.

Vieja Rúa tiene un sonido de rock vintage, con estética psicodélica, que pasea por la melancolía hasta llegar al clímax sincero de la energía blusera del Hard Rock. Su más reciente sencillo “Libertad” muestra una combinación perfecta Etno-blues, un paseo orgánico recorriendo historia, las raíces y la memoria chilena.

Yamila es una artista completa. Además de la música le interesa mucho la poesía y en general todo lo ligado al arte. Siente una gran admiración por las mujeres que luchan y las "músicas guerreras" que no pierden su esencia y la plasman en su arte. Los temas como la justicia, la amistad, el amor y los animales que ella misma describe como "compañeros de cuatro patitas" son su inspiración.

Según dice le ha costado mucho el "sentirse partícipe de lo musical". Su vínculo con la música está más cercano a lo espiritual, en vez de enfocarse a la teoría y estilos. Esto se puede apreciar de cierta manera en su proyecto solista Prosa Onírica. Proyecto que mantiene con fuerza a pesar de las dificultades propias de una carrera musical.